Mike Boxhall, uno de los mayores exponentes de la terapia craneosacral en el mundo y representante de esta terapia en Inglaterra, resalta la importancia de activar y dejarnos llevar por el corazón, que al igual que en las antiguas tradiciones de 4.000 años de puesta en práctica, como el ayurveda y la medicina tradicional china, el corazón es el eje, director de orquesta o emperador, en torno al cual todo nuestro sistema gira. Vamos que es el que manda, articula y hace posible  nuestra existencia.

Esto, se estudia también desde el instituto del corazón Heart Math de California, donde han comprobado que el corazón tiene sus propias memorias independientes a las del cerebro, que tiene neuronas y que algunas de estas memorias son compartidas con el cerebro. También este instituto ha llevado a cabo prácticas y ha estudiado cómo el corazón es capaz de comunicarse con otros corazones. El Dr. Greg Braden, nos dice cómo se le trasplanta el corazón a una niña de 8 años, de otra niña que acababa de morir asesinada y al poco tiempo, la niña empieza a tener pesadillas en las que está en sitios desconocidos y con personas que no conoce de nada. Las pesadillas fueron de tal intensidad que los padres acudieron a la policía y gracias a la descripción que hizo la niña, la policía pudo coger al asesino de la otra niña.  Impactante ¿verdad?

¿Cómo podemos funcionar desde nuestro eje? Primero, activando la compasión en nosotros mismos y ¿cómo hacemos esto? Con practica.

Empezamos por conectarnos con nuestro corazón, hablándonos bien, con amabilidad y amor a la persona que somos y teniéndonos mucha paciencia en los días malos: nos aceptamos como somos en todo momento incluyendo cuando tenemos un mal día y las cosas no salen como esperamos o nuestra actitud no es la que esperamos.

¿Por qué hacer esto? Porque solo es desde esa aceptación completa por nosotros mismos que es posible trascender ese malestar o actitud que no nos gusta. Para ello podemos implementar esta técnica empezando por 1 minuto al día para no agobiarnos:

  1. PARATE Y RESPIRA despacio, poniendo atención a la respiración.
  2. Escúchate: siente tu cuerpo.
  3. Observaste sin juzgarte: reconoce cómo estás, qué sensaciones tienes.
  4. Date el permiso de aceptar cómo te estás sintiendo.
  5. Se amable contigo, tu lenguaje interior: compasión y amor hacia ti mismo.

Es desde aquí y no desde la resistencia ni tampoco hacer como si ese malestar no estuviera, cuando comienzan a liberarse eso a lo que tanto nos resistíamos a mirar o que pretendíamos enterrar sin hacerle caso.

Cada célula de tu cuerpo reacciona a todo lo que tu mente le dice, la negatividad hacia nosotros es una de las razones que más debilitan el sistema inmunológico. Lo bueno es que puedes empezar a darte cuenta y cambiar ese diálogo interno de negación hacia la aceptación y se puede resolver desde el aquí y ahora.

Así que uno de los ejes centrales de cómo y por qué funciona la terapia craneosacral es precisamente activar el corazón y actuar desde ahí. Esta terapia al no ser invasiva se puede utilizar en todas las edades y condiciones, ya que además es complementaria al tratamiento médico que se esté llevando. Cuando se acude a sesión de terapia craneosacral, la persona está vestida y se suele realizar tumbada en la camilla, aunque no es indispensable. El terapeuta realiza las tomas de contacto suaves y profundas con el organismo de la persona que acude a recibir sesión y como hemos dicho en el artículo 1, se fija en el impulso craneal, en cómo se mueve ese líquido cefalorraquídeo, qué potencia tiene, dónde se bloquea y a partir de ahí, desde esa quietud dinámica, se comienzan a liberar los patrones de esa persona de salud retenida en el cuerpo.

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