Los abrazos salen directamente del corazón, es por ello que favorecen la liberación de oxitocina, la hormona del amor calmandonos, relajandonos y haciéndonos sentir seguros.
En diversos estudios científicos sobre el miedo y la autoestima, publicados en la revista “psychological science», los investigadores demostraron que los abrazos y el contacto físico, reducen significativamente el miedo a la muerte.
Esta investigación sugiere que el tacto, juega un papel fundamental a la hora de proporcionar tranquilidad y consuelo a las personas deprimidas.
Los abrazos, mejoran la autoestima, ya que en nuestro sistema nervioso adulto, esta creada la relación autoestima y tacto / contacto de cuando eramos bebes, así que al abrazar, se estimula esa memoria en nosotros, conectandonos con la confianza y el amor propio. Para favorecer un desarrollo infantil saludable: abraza mucho, mucho y más a tu bebé.
Al abrazarnos, nuestros músculos se relajan al igual que cuando nos damos un masaje relajante o libera-estres, gracias al contacto con un profundo cariño. Y en ambos casos, disminuimos la frecuencia cardiaca, disminuimos el cortisol, liberamos oxitocina, estimulamos nuestro sistema inmune y nuestros músculos estarán menos tensos. Los abrazos, el contacto, nos relajan y nos recargan.
Al liberarse la oxitocina en este acto por todo nuestro torrente sanguíneo, se ayuda al cuerpo a reparar los músculos más rapidamente y promover niveles más altos de optimismo y felicidad. Y al estar relajados nuestro sistema nervioso también lo estará y seremos más capaces de tener un sueño más profundo, disminuyendo el estrés y la ansiedad.
Además, los abrazos, al favorecer la relajación y liberar esa oxitocina, nuestras emociones se calman porque nos aporta sentimientos de confianza y generosidad, disminuyendo el estrés y la ansiedad e influyendo en que ademas tengamos menos ganas de comer compulsivamente, ya que muchas veces comemos por nuestras emociones, para “tratar de llenar un vacío, imitando el consuelo que recibimos por parte de nuestros seres queridos y liberando asi ese placer que nos da la comida y que nos calme», por lo que al abrazar, ayudamos a evitar que comer se convierta en un acto compulsivo.
Virginia Satir, una conocida psicóloga americana dice que necesitamos:
•4 abrazos al día para sobrevivir.
•8 para mantenernos.
•12 para crecer.
Los abrazos aumentan la vinculación y fortalecen relaciones sanas y felices. Cuando no sepas qué hacer o qué decir, sencillamente abraza.
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